La palabra ‘colágeno’ proviene del griego y significa ‘pegamento’, pues el colágeno forma un precinto en las estructuras de todos los tejidos en los que está presente, proporcionándoles resistencia y conexión.
¿Qué es el colágeno?
El colágeno es una proteína estructural que fortalece, da forma y ofrece solidez a todos los tejidos y órganos del cuerpo, especialmente aquellos en los que está presente, como: córnea, dientes, huesos, piel, tendones y vasos sanguíneos.
Las 20 familias de moléculas de colágeno que habitan en el organismo, representan el 7% aproximado de nuestra masa corporal y el 25% de nuestras proteínas totales.
Más del 90% del colágeno que hay en el cuerpo humano forma parte de sus tipos I y III, pero existen cuatro tipos principales:
- I: aporta resistencia al estiramiento y está presente, principalmente, en dermis, huesos, tendones y córnea.
- II: se encarga de la resistencia a la presión intermitente y lo encontramos en los cartílagos.
- III: su trabajo es defender y conservar nuestros órganos expandibles y abunda en el tejido conjuntivo laxo, las paredes de los vasos sanguíneos, la dermis y el estroma de las glándulas.
- IV: Permite la sujeción y filtrado de la lámina basal que subyace a los epitelios y rodea los tejidos corporales.
¿Para qué sirve el colágeno?
Las funciones vitales del colágeno en nuestro organismo, comprenden:
- Piel: la nutre, la hidrata y la protege, reduce las líneas de expresión, contribuye a la cicatrización, reduce la flacidez y la celulitis y mitiga el acné.
- Pelo: potencia su crecimiento y le aporta firmeza, elasticidad y brillo.
- Uñas: favorece su crecimiento y las hace más fuertes.
- Celulitis: impulsa la tensión y firmeza de la piel, reestructurando el tejido dérmico y subcutáneo.
- Articulaciones: siendo el principal componente del cartílago, el colágeno es responsable de reducir la fricción entre los huesos, conservando y aumentando su masa muscular, previniendo el desgaste articular, ralentizando la pérdida de masa ósea y mejorando nuestra movilidad.
- Dientes y encías: previene la inflamación de las encías y, con ello, enfermedades bucodentales como la periodontitis.
- Sistema digestivo: añade aminoácidos curativos a las paredes celulares del tracto intestinal.
- Metabolismo: propicia el crecimiento y la recuperación muscular.
- Corazón: al dar estructura a nuestras arterias, sin suficiente colágeno éstas pueden debilitarse y estrecharse, provocando enfermedades del corazón, como la aterosclerosis.
¿Cuándo tomar suplementos de colágeno?
Nuestro organismo precisa de aminoácidos y nutrientes para que el organismo pueda sintetizar el colágeno. Sin un nivel adecuado de estos cofactores, los suplementos de colágeno no aportarán ningún beneficio al organismo. Cuando nuestro cuerpo esté en buenas condiciones y obtenga el aporte en nutrientes y aminoácidos que necesita, sintetizaremos el colágeno apropiadamente y no necesitaremos aportes extra.
Pero existen factores que pueden llevar a deficiencias de colágeno, como son:
- Edad: conforme nos hacemos mayores, consumimos más colágeno del que producimos, lo que puede llevarnos a padecer artrosis, osteoporosis o envejecimiento dérmico.
- Ejercicio extenuante: conlleva el deterioro articular y la alteración de las fibras de colágeno, originando enfermedades como: artrosis, tendinitis o condromalacias, entre otras.
- Alimentación: las personas que no consumen proteínas de origen animal tienen mayor probabilidad de padecer déficit de colágeno.
En estos casos podría ser indicado el consumo de suplementos de colágeno. Pero, cualquier complemento alimenticio que añadamos a nuestra dieta, ha de ir supervisado por un médico que controle las cantidades que debemos consumir y su frecuencia de uso, teniendo en cuenta nuestro estado de salud y las posibles interacciones con otros medicamentos que estemos consumiendo.
Las personas diabéticas, con problemas gástricos, fenilcetonuria, hiperuricemia, insuficiencia renal o hepática o que tomen determinados fármacos, no deben consumir suplementos de colágeno.